Por favor, dímelo a la cara
Sin fotos compartidas, sin vídeos nuevos, sin música, sin mensajes, sin comentarios, sin cotilleos, sin “me gustas”, sin red… todo congelado. En situaciones así, nuestro comportamiento sería, en muchos casos, distinto: saldríamos más de casa para socializarnos de verdad y tomar el aire. Una de las consecuencias que empieza a causar cierta alarma en algunos entornos, es la falsa sensación de estar acompañados, ser admirados, valorados, incluso queridos con sólo mirar la pantalla de un móvil. También es cierto que hay quien utiliza las redes para dar la vuelta a estos sentimientos y provocar todo lo contrario, hablamos por ejemplo del acoso, los insultos, el control, el abuso, la intolerancia, etc. Sabemos que en las redes también se puede aprender, se pueden utilizar para mejorar nuestras habilidades, para investigar, pero entre los jóvenes, ¿qué es lo que más importa? ¿qué buscan realmente en ellas?
Así comienza un curioso estudio sobre las redes sociales en Barro, un municipio pequeño en número de habitantes, apenas 4.000, pero extenso, unos 38 km2, muy próximo a Pontevedra. Todos los jóvenes barrenses se conocen más o menos, comparten horas de instituto, lugares de ocio cercanos, preocupaciones, amigos reales y por supuesto también sus perfiles en las redes.
Pablo, Alejandro y Santiago, estudiantes de 4º deESO en el IES de Barro, han realizado una encuesta a un total 65 alumnos del centro, de edades comprendidas entre los 12 y los 16 años, para averiguar qué les preocupa en las redes, cómo las usan, qué les atrae, etc. A raíz de un proyecto propuesto en clase, este grupo de alumnos ha programado una aplicación para realizar la encuesta desde sus smartphones y registrar los datos en Google. Del posterior estudio estadístico han extraído las siguientes conclusiones.
Las redes más utilizadas por el alumnado del centro son mayoritariamente WhatsApp e Instragram. Prácticamente todos los alumnos se conectan todos los días, siendo los de 1º de ESO los que permanecen menos tiempo en la red, menos de 1 h. 30 min. , tiempo va aumentando a medida que aumenta su edad.
En cuanto a su reacción de inquietud o nerviosismo cuando no pueden conectarse durante un tiempo, en general, un 85% se sienten bastante tranquilos. En los casos en que sí se experimenta nerviosismo, esta sensación puede depender del tiempo que el usuario permanece normalmente conectado, y se observa que aparece a medida que aumenta la edad.
Respecto a la seguridad de las redes, un 50% se sienten inseguros, entre ellos todos de menor edad, un 30% considera que sólo algunas redes no son seguras. Un 20 % muestra más confianza en ellas, especialmente los de mayor edad.
En torno al 60,8% han señalado como atractivo su capacidad de entretenimiento, por encima de su utilidad 25% o su sociabilidad 9,8%.
A la vista de estos datos concluimos que, los alumnos realmente aún no están muy vinculados a las redes, no las consideran imprescindibles, aunque sí ya forman parte de su día a día. Son conscientes de los riesgos que existen en ellas, especialmente los más jóvenes, y se muestran bastante cautelosos al conectarse. No valoran de momento su utilidad como herramienta de formación y entienden la comunicación o sociabilidad como un entretenimiento más.